viernes, 23 de enero de 2009

Identidades

Si supiese cual es mi identidad actual? Quizás me ayudaría a ubicarme. Hoy con mi cliente textil, rodeada de prendas e ideas por desarrollar, viendo mis colecciones con mayor o menor éxito, viendo los pronósticos y buenos augurios para este año, no podía creer que estaba ahí sentada y que era yo la protagonista, hace tanto tiempo que no me sentía textil era! Lo era? Me sentía como testigo de una escena y no participe de ella.
Arrancada brutalmente de las garras mineras por inercia mas que por voluntad, el cliente quería verme y ahí estaba yo, aun en mi otra identidad, preguntándome que hacia allí.
Fui aterrizando, reconociendo mis obras, ofreciendo, negociando, sacando ideas juntos y volví a ser textil era, volví a sentir texturas, visualizar tallas, crear conceptos, y me encontré en un mundo hermoso, de color, muy femenino, donde la principal preocupación es que el cliente se sienta bien y mis obras se conviertan en segunda piel, en parte de la vida de una persona, en la parte agradable de su vida, placer brindar placer por medio de mis prendas, fue una sensación tan extraña que me desubico completamente, tenia que salir corriendo a hacer mis tramites del brevete lo que me llevo a un peregrinaje de ida y vuelta entre el banco y el touring de toda la tarde, ¿me preguntaba que propósito tenia ser tan obcecadamente terca para concluir esta tortura y no mandarla al diablo cuando se me acerco un funcionario del banco, ¿campanita? ¿Eres una campanita? Si, le respondí. Yo también, entonces sonamos, sonamos definitivamente. Este señor tiene un olfato bárbaro para los Campana, los quiere ubicar a todos y de alguna manera en las quinientas averiguaciones que estaba haciendo ubico mi apellido materno y me adopto inmediatamente, llamó a su hermana para que ayude a mi madre en Cuzco porque un Campana se estaba muriendo y no era posible dejarlo solo como pariente de esta encantadora campanita que tenia delante, y supe que estaba en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Me hizo tanto bien sentir las campanadas familiares! Sentir que los campana todavía sonábamos, que trascendíamos a diferencias locales e incluso me invito para la gran Romería donde están todos los campana, los campana por adelante y por los campana por atrás……luego desapareció, así como había aparecido, dejándome todavía tintineando, feliz de estar ahí, esperando la veintiunica carta gerencial que me permitiría por fin el lunes recoger mi duplicado de brevete y volver al tema de la identidad, esa de la que me sentí liberada en Diciembre y esa que recuperaba sonoramente hoy día. Soy textilera y de pronto, la certeza de un ¡5! me dio como un ramalazo, cinco serian los años que aun quisiera deambular por los rumbos mineros, cinco que me permitan descansar de mi misma, cinco como empleada, cinco como quinta rueda del coche pero con tiempo para explorarme, cinco para hilar fino, mezclando con hilos de oro para llegar a mi obra maestra, cinco que me den el respiro necesario para descansar de ser yo siempre la que decida y que dependan tanto de mi, cinco para darle tiempo a mi coneja de tener a su mami oficinista, dejándola en paz. Cinco para volver a encontrarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario