domingo, 8 de marzo de 2009

Tu Presencia

Noche complicada. La Posada del Ángel; tu local.
Trovadores de la noche; en todas las combinaciones, todos con Joaquín Sabina; tu canta-autor preferido.
Imposible ignorarte, imposible no recordarte.
Tocaron en todas la variaciones, de uno, de dos cantantes, con guitarra, solo voz y en los intermedios un bombardeo del original como fondo. Si alguna vez no lo escuche, anoche me hicieron pagar por eso. Si alguna vez no aprecie un texto, anoche me lo grabaron con sangre, si alguna vez su voz no me gusto, anoche me hicieron encontrar el encanto en su voz de ebrio consuetudinario sonriendo. Me iba poniendo cada vez más melancólica, el sofá de sala que me tocó era perfecto para sumirme en divagaciones; la sangría me recordaba otra recientemente tomada y disfrutada.
Nostalgia del amigo, deseo del amante, complicidad de la pareja. Nos regalan una rosa, a la socia y a mi, el mozo se las entrega galantemente a nuestros Romeos, que no aceptan el reto, se la colocan en el pelo y coquetean formando pareja. El mozo se desespera, nos ruega que lo disculpemos, no contaba con el lado femenino de nuestros Dulcineos ni con las ganas de sacarle las canas al pobre infeliz. Finalmente tranzamos, recibimos las rosas que no huelen a rosas, que se entregan en el camino a mejores manos. La mía aparece decapitada, la de la Socia simplemente desaparece, no era el momento adecuado ni éramos las parejas de cliché.
W. me arrastra afuera, había que devolverme a la tierra. Barranco es siempre hermoso, años que no paseábamos en veranos, claro, si El Silencio nos arrebataba la oportunidad, ahora Barranco se ofrecía en su mejor versión, noche cálida de verano, locales no tan atiborrados, olor a mar, olor a vida, olor a verano y yo preguntándome como habría sido la vida barranquina del Sublime Grande, ¿que locales, que horarios, que corazones lo albergaban?
Aterrizamos finalmente en una encantadora terraza de “Javier” el mar se ofrece al costado, la noche se despeja y la luna saluda airadamente a la Socia que la reclamaba, incluso se ven las luces del Callao muy nítidas a lo lejos. Los ojitos del Socio no resisten a la gravedad, su dolor de cabeza a pasado, gracias al masaje erótico de la Socia en la Posada, sin querer queriendo me ofrecieron un espectáculo que hizo volar mi imaginación y sonrojar a la Socia.
Paseamos y recordamos la Narraron barranquina, primero y único testigo de mi ya dormido afán cuentero.
Finalmente accedemos a irnos, yo muy despierta, W. contento, Socios al borde del suicidio de cansancio. Barranco promete quedarse ahí, como en postal de viajes de Luna de Miel, queremos volver con Maria muy pronto a compartir con ella los recuerdos, las nostalgias y las risas de complicidad. Nos espera una semana muy agitada, debemos defender el honor de E. aterrizar a la pobre guatemalteca con el peor nombre de mujer y maldecir al uruguayo que avanza por la vida engañando corazones femeninos.

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