jueves, 17 de diciembre de 2009

Totoritas

Arrecifes, playa desértica, sol tímido primero y luego pródigo, playitas por descubrir, túneles invitando a perderse, olas adormecidas, arena inperceptible pero presente.
Una Luna en cuarto creciente llena de sorpresas, con halos inexplicables, con nubes coronadas de blanco en fondo negro y de rojo al aterdecer.
Una puesta de sol de delirio, casas veraniegas gozando de su soledad, tranquilidad total y sorpresiva, la temporada no ha arrancado y Totoritas aun disfruta de su identidad.
Los contados visitantes se mueven a sus anchas, W. se comunica con J. y C. maratónicamente, pobresitos, no sabian que era tan pródigo en la palabra, indiscutible en sus argumentos, pasivo en lo que no es suyo y paciente conmigo. Mi buen compañero, mi mejor compañero.
Querias suavizar el espanto de J. al saber que desnudo en estas Notas mi alma, tu y yo J. que somos tan herméticos! no entiendes este cambio abrupto, yo tampoco, solo percibo esta necesidad e intento comunicartela, me previenes de los peligros, estoy ofreciendo las armas gratuitamente que un día acabaran conmnigo, me sugieres un profesional que no solo me escuche sino me oriente y que pare esta necesidad y necedad patologica de publicar insulsamente en estas notas. No puedo, no quiero, no se cuanto tiempo dure este delirio, esta madurando, ya no es tan hormonal, es mas una necesidad emocional, espiritual,visceral, es mas un descubrime en nuevos caminos, en nuevas expresiones, preguntandome constatemente el resultado de mi vida, haciendola consciente, poniendola sobre la balanza.
Querido J. no se si desearte esta suerte liberadora, no se si me da pena verte tan preso de tu cordura, te agradezco la brutalidad con que me hablaste, la necesitaba para afianzarme en este camino. y tu C. tan febril también y tan unica. Me asombra lo bien que te conoces y lo lejos que te dejas llevar.
Todo lo registras perfectamente y lo dejas pasar. Me conoces y me adviertes, que esto no puede durar, no debe durar, que debo cuidarme y sosegarme.
W. es espectador, me defiende, saluda esta extrospección, saluda mi salida al mundo de la palabra, aunque sea escrita porque oral no suelto mucho, sigo siendo un muro
Yoga frente al Mar, Kundalini y Hata unidos por primera vez luego de 23 años de vida en comun, el mar tranquilizador, la brisa acariciante, el tímido sol desayunando y nosotros, uno al lado del otro, compartiendo un momento delicioso, unico, individual y en comun, yoga juntos despues de 23 años, yoga individual y de pareja, yoga complementario y puente de nuestras individualidades.
Totoritas disfrutando sus prodigios compartidos, preparandose para la embestida estival, tonificandose con unos cuantos desubicados, centrados en su busqueda interior.
Escrito el 08.12.2008

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