martes, 23 de diciembre de 2008

Navidad, que dificil!

No puedo enviar un saludo global de paz y amor. Este año tengo un sabor amargo que nadie me lo quita, ni el Milchshake de Lucuma y sublime que acabo de tomarme y me está ya ocasionando problemas de gravedad logra borrar esta sensación de que las cosas no van como deben ir.
Es probablemente que este año me quitaron definitivamente la corona de empresaria para catapultarme al quinto sotano de la empleada y punto, pero bien punto.
Quizá sea el agotamiento físico de no dormir suficiente, pensar demasiado, efervecer cual redoxón ambulante ante cualquier estímulo y caer en la montaña rusa hormonal que me toca vivir. Nada despreciable esta etapa, porque es muy intensa y la prefiero a la somnolencia crónica en la que viví los últimos años. Si bien viví tranquila mi puntaje positivo solo se vió reflejado en la balanza acumulando cada vez mas puntos ripley, bonus y todos los puntos habidos y por haber.
Ahora que estoy con la mirada crítica le he perdido el sabor y gusto a muchas cosas comestibles y este Milchshake me durará seguro hasta el año nuevo del 2012 y nadie me levantará después de esta silla.
Bueno, volviendo a la Navidad hormonal no dejo de que pasen estas fiestas sin que sientan mi efervescente abrazo y mis sinceros deseos irracionales de que vivan intensamente, amen intensamente y sufran intensamente, éxito seguro para sentirse vivos, aunque sea miserablemente vivos, pero vivos al fin.

sucumbi, glup!

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