jueves, 18 de marzo de 2010

Jupiter

Júpiter es mi planeta, y aunque el amarillo no va conmigo, algo debo de encontrar de este color para ponerme los jueves y así propiciar la convergencia de energías positivas en estos días. Lo cierto es que el video del chilenito me ha movido profundamente, los escritos del pequeñín, arrancándose la ternura del corazón, y mostrándose maduro y distante de los recuerdos que marcaron y enriquecieron su vida y el paro confuso cusqueño me conmueven profundamente en este día propicio para recibir y asimilar:
Asimilar que la vida no es fácil, que son muchos nuestros reclamos y pocos los aciertos, que estamos mas solos que los faros que marcan el rumbo de barcos desconocidos y que las estrellas y los sueños se encuentran, a veces, muy lejos de nuestro alcance.
Aun así, Júpiter debe tener alguna energía desconocida que hace que en medio de esta confusión de sensaciones no me sienta débil sino realista y fuerte para asumir el reto; el reto de comprender a la naturaleza que pese a terremotos y tsunamis no hace mas que gritar que la salvemos y reaccionemos solidarios, comprender a los pueblos rebeldes que no ven otra alternativa que llamar a paro cuando lo que quieren es continuar viviendo y sobreviviendo, a los escritores que gritan su vulnerabilidad a través de sus textos, aunque por afuera nos riamos de nuestras epístolas insensatas a flor de piel, en contraste con nuestra coraza burlona y objetiva, distanciándonos de ese Jekyll interior que osa desenmascararse solo por escrito.
Así se presenta el Júpiter posterior al ayuno de Luna Nueva; osado, vulnerable, transparente y solitario, en este universo de planetas con volcanes interiores.

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