viernes, 23 de octubre de 2009

Paraiso de los sentidos

La puesta de sol perdura
su belleza me hiere como un ramalazo, recuerdo que estas puestas de sol eran nuestro oasis hace un año, lo que me permitía salir corriendo a tu oficina, abrir las cortinas y hacerte conciente de nuestra suerte al poder contemplarlas. Nos inspiraban en conversaciones eternas ,divagando de nuestros respectivos naufragios en la vida, en el amor, en el trabajo.
Esta puesta de sol me recuerda cuan efímeras son nuestras existencias, nuestras coordenadas, cuan vanos nuestros esfuerzos por perennizar emociones, sensaciones, objetivos.
Tu estas afuera, yo estoy adentro ¿ seguiremos ambos presos de nuestros yugos? Aquellos que nos permitían filosofar hace un año exactamente?
Los rayos violáceos muestran como el sol se desangra nuevamente, esparce su sangre por todo el firmamento y las nubes la reciben incorporándola, brindándonos su mejor versión al atardecer.
La música se une involuntariamente al ritual, me recuerda que no solo mis ojos se deleitaban con la puesta de sol, que no solo mi alma se inundaba con tu presencia y con la música que compartiamos sino que todos mis sentidos comenzaban a despertar, en la terapia involuntaria que comenzabas a practicar en mi.
Mis sentidos siempre funcionaron mal, todos, y el que menos funciona es el sentido común.
Siempre me considere muy afortunada al no tener que oler todas las fragancias de Lima en su peor versión, de no ver las miradas de mis semejantes hiriéndome, de no degustar el sabor amargo de las decepciones, de no oír las ofensas ni las disonancias y conciertos vesiculares. Me construí una burbuja en base al disfuncionamiento sensorial y ahora, que comienzo a despertarlos me percato del mundo irreal en el que me sumergí, tanto tiempo
Aun así no dejo de añorar los momentos compartidos, ahora que se me ofrecen paisajes semejantes, tendremos que encontrar la manera de seguir compartiendo, tu afuera, yo adentro y perennizar esta amistad tan especial que una vez nos salvo del naufragio y que hoy es nuestro tesoro.

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