domingo, 1 de febrero de 2009

Palabras

Al final las palabras no importan, son como los castillos en la arena, se las lleva el viento, el mar, el tiempo.
Expresan lo que siento ahora, pero como esos castillos, no son perennes, no son eternas, son solo castillos en la arena.
Pasajeras, estrellas fugaces que reflejan una ilusión, un sentimiento de un corazón inestable, confundido adolescentemente tardío.
Terapia momentánea de un proceso hormonal, de un proceso mental, de una evolución emocional
¿Para que perder el tiempo con ellas? ¿Por qué los niños construyen castillos de arena?
Porque aunque pasajeras nos llenan de alegría, nos traen consuelo, nos hacen sentir arquitectos de nuestras vidas, de nuestros destinos, de nuestras ilusiones, de nuestras emociones y proezas.
¿Por qué querer explicar con ellas nuestras locuras? Para disculparnos ante nosotros mismos, reivindicarnos como seres honorables, poder mirarnos al espejo.
¿Locuras? ¿Castillos? ¿Transparencia? Solo palabras, solo sensaciones, solo esquemas.
Ellas no son la explicación, no son el motivo, no son la solución. Ellas solo te acompañan y consuelan pero no te justifican.
Déjalas en su papel de compañeras, en su papel de desfogue, no las uses ni malgastes para dar sentencias y mostrar caminos, solo acompañan, nada mas.
Y como fieles acompañantes, seguirán a tu lado pero no delante de ti, no te encubrirán en tus acciones, no te explicaran tus emociones, no romperán lazos ni unirán corazones, solo serán fieles compañeras de un corazón adolescentemente tardío.

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