lunes, 16 de febrero de 2009

Caminata mañanera

Hoy decidí irme a pie a la oficina, son solo 4.1 km , disponía de tiempo y de ganas y olvidé mi anti-caminante postura, me asegure de tener sandalias cómodas y partí con rumbo conocido, ruta desconocida.
Descubrí……encubrí……compartí……..sentí el mundo caminante.
Un sol tímido de 7.30 en ángulo agudo decidió perseguirme, cual enamorado adolescente, aparecía en las esquinas menos pensadas, de entre los árboles, entre casas, poco a poco insolente, curioso, burlón y aun tímido. El mundo de los kiosco de periódico me revelaron la dictadura de Chavez y que el Negro había tomado a Shirly…… de la Teta asustada que ganó el sábado el Oso de Oro en la Berlinale nada! Seremos autistas con nuestros logros en el extranjero? Todo Perú debería ser hoy una teta festiva! Hemos ganado en una de las principales arenas cinematográficas internacionales, en la tierra de Goethe y de Beethoven! Birmarck y W.!!! No es poca cosa!
Ya despertaran de su sueño aletargado.
Yo sigo descubriendo, encubriendo, compartiendo, sintiendo. La jauría de lustrabotas y de pronto…… un puestito en Aramburu de delicioso jugo de naranja, cuatro naranjas por S/ 1.50 me recompensan en mi propósito irracional pero saludable. Un pasante curioso descubre que por atrás puedo ser sumamente atractiva, en mi caminar de modelo de pasarela. Según W. en el Breathwalking hay que visualizarnos como queremos ser y yo me alucinaba en las pasarelas de Roma y Milan teniendo un efecto sorpresivo!
El sol de las 8.00 dejo de ser admirador tímido y paso a ser amante celoso, advenedizo e implacable, quemando brutal y osadamente. Yo de modelo de pasarela me convertí en catarata caminante, una brisa solidaria me devolvía la frescura de tanto en tanto, cuando lograba esquivar al amante celoso. Alrededor de la cuadra 8 de Aramburu se acabo la luna de miel, me faltaba un tercio de ruta y alucinaba llegar de rodillas donde Briguita hecha polvo. Felizmente un atajo me dio la bienvenida a un parque sumamente refrescante, una estatua de Juan Pablo II me saludo sonriente y me dio fuerzas para seguir mi arrebato de locura mañanera. Comencé a buscar miradas. Descubrí miradas preocupadas, de sorpresa ante una sonrisa, de extrañeza y desconfianza y las de simple complicidad del mundo peatonal.
Las veredas, los techos, los kioscos, los semáforos y los miles de desayunos al paso se me descubrieron, encubrieron, compartieron y sintieron conmigo una mañana de verano peatonal, única quizás.

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