Buscando al Cristo Blanco

Siempre quisimos subir a Sccsayhuaman, donde el Cristo Blanco* en combi. Esa blanca que en la Av. El Sol nos provocaba abordarla cada Domingo que nos sentamos frente al Qoricancha sin saber que mas hacer, pues hoy salimos decididas a hacerlo ya que la hora nos ganaba y no pudimos ir ni al Desfile de Atuendos en Oropesa ni encontré la información sobre el concurso de Sayas y Caporales, aparte que mi coneja volvió a dormir hasta medio día y no tuve ni excusa ni animo para despertarla. La bomba Molotov seguía haciendo estragos.
La primera combi paso sin llevarnos, indicándonos que el paradero era a la vuelta, Logramos abordar la siguiente y conforme nos dirigíamos a Santiago me aborda una duda ¿ en que momento dobla a la derecha y empieza a subir cerros? No dobló nunca a la derecha y si subía cerros, cada vez mas lejos, exactamente opuestos al Cristo Blanco. Ya no pregunte, mi duda se hizo certidumbre; la habíamos tomado en la dirección opuesta. Llegamos al cementerio de Huancaro y pudimos saludar al Cristo Blanco, exactamente del lado opuesto, con toda la ciudad de por medio. Ok, tomamos la combi de regreso, antes de partir le entregan al conductor un letrero “Ayuda Mutua” que lo hace rabiar, estamos felices recorriendo la ciudad nuevamente de palmo a palmo pero ahora en palco, sentadas y medio asfixiadas por las 500 personas que entran en una combi para 15……En esos casos prefiero a los pasajeros parados hombres que a las mujeres, todos doblados en 4 por el techo bajo de la combi, ellas me bañan con su cabellera. Comenzamos a subir por el cerro correcto, estoy feliz. La felicidad me dura poco, a pocas curvas de Sccsaywaman la combi voltea a la derecha, en un sendero jamás visto y su recorrido termina ahí, en Ayuda Mutua. Nos indican que sigamos a pie el sendero y encontraremos al Cristo Blanco. Muy emperifolladas, mi coneja preciosamente vestida de rosado, emprendemos la caminata. Nos saludan los pobladores de las alturas de Saccsayhuaman, todos ocupados en el trabajo comunitario, cavando zanjas para la tubería de agua. La gente es verdaderamente cálida por aquí, hasta los perros callejeros interrumpen sus riñas feroces y mueven la colita para saludarnos. La coneja no esta preocupada, yo si, temo bandas de delincuentes pero solo encontramos calidez y honradez, gracias a Dios. Van cuatro cerros después de curvas y el famoso Cristo no aparece, en la ultima curva aparece nuevamente la pista que nos debe llevar hacia el, oímos una banda tocar y unos ukukus brindando y bailando ¿ serán los mismos del sábado? Imposible saberlo pues andan con sus pasamontañas y tambaleándose, meando en nuestro camino, liberándose de la cerveza. Tomamos el “Huerta” que si nos lleva al Cristo blanco, por fin aparece conciliador, con los brazos abiertos dándonos la bienvenida junto con el resto de la población cusqueña que toma este paraje como parque recreacional; jugando vóley, haciendo campamento o simplemente conversando, como antaño lo hicieron mis abuelos preparando sus huatias como programa dominical, hoy, 3 generaciones después ,retomamos la rienda con la coneja y nos tiramos alegremente sobre el pasto, al abrigo del Cristo, con la ciudad imperial a nuestros pies, contándonos nuestras cosas, calentándonos bajo el sol de la tarde cusqueña, despidiéndose con un suave beso maduro, detrás de los cerros.

* Fué construida en 1945, y donada por la colonia árabe palestina al Cusco. Muy cerca del lugar se puede visitar Sacsayhuamán y Qenko.