domingo, 30 de mayo de 2010

De Big Mac a la Santísima Trinidad


Terminamos nuestra salida de sábado, coneja y yo agotadas de haber rockeado la noche anterior hasta las 2.00 a.m. con Molotov, solo queremos comer algo, ver gente e irnos a casa. Al salir del Mc Donald comienzan a arder los castillos de fuegos artificiales delante de la catedral. Nunca los había visto en escena y hoy hay mas de 6! Los prenden desde abajo y sus fuegos artificiales van subiendo dejando ver corazones iluminados, flores, la catedral y otras figuras que encantan a la multitud. La banda toca, los Ukukus* retienen a la muchedumbre que quiere acercarse más y ser bañada por las cataratas de fuego que cada castillo contiene. Una novia aparece para ser fotografiada, primero feliz de la coincidencia de su decisión y del destino, luego entra aterrada en su precioso coche antiguo,; una bombarda le acaba de estallar al costado. Los castillos lanzan al cielo estrellas fugaces que terminan aterrizando, aun algo incandescentes, en la multitud, para deleite de los chiquillos que calculan exactamente a quien le va a caer en la cabeza. La coneja aterrada, no es tan pirómana como su padre pero ahí esta, acompañándome y calculando la caída libre de la siguiente estrella fugaz.
Terminan los castillos y nos acercamos, quiero ver los atuendos. Resultamos en medio del público que ve a los Ukukus bailar y azotarse fieramente. Algunos lo hacen con crueldad, otros no tienen ya fuerzas, son duelos sangrientos, aplaudidos y enardecidos. Los latigazos desalmados despiertan la compasión del público que pide más fuertes castigos. Los ukukus se retan entre si, los mas fuertes son aplaudidos, los menos son abucheados. No llevan nada debajo de los pantalones a la canilla, el latigazo les da en plena piel. Los latigos son repuestos, algunos terminan en hilachas y los pedazos quedan en el ruedo, prueba de su fiereza. Los duelos terminan y comienza el baile. Los ukukus protegen en una ronda a una damicela que baila, un ukuku afuera debe atraparla y hacerla bailar desenfrenadamente. El Ukuku intenta entrar en la ronda, sus compañeros le cierran el paso mientras la damisela baila coquetamente provocándolo, protegida por los otros. En algún momento el ukuku entra y ella huye rápidamente hacia afuera, si sus protectores reaccionan rápido permitiéndole la salida, sino, es presa del baile desenfrenado del ukuku perseguidor. Terminan los bailes, los castillos y se llevan a su Veneración; la Santiisima Trinidad que muy condescendiente y pacientemente los acompaña y con Jesús levantando la mano en señal de paz, se aleja. Las festividades del Qoyllur Rit’i** han comenzado.


*Ukukus: Los Ukukus son los danzantes más representativos de la fiesta del Qoyllur Riti. Aunque ukuku quiere decir oso en quechua, estos danzantes representan a los llameros o pastores de llamas cuya labor la hacen en las cimas de las montañas, cerca a los glaciares. Entre su indumentaria llevan siempre un látigo que lo usan para poner orden y respeto en la fiesta.



**Qoyllur Rit'i
Mayo / Junio, variable, este año toca la bendicion el 01 de Junio.
Provincia de Quispicanchi, Distrito de Ocongate - Cusco
Una peregrinación a la cima de la montaña Sinakara. La mayor peregrinación de todas las naciones indígenas de las Américas. Más de 10 mil personas llegan a Sinakara, al pie del nevado Ausangate (6,362 m.s.n.m), para rendir homenaje a una pintura del Niño Jesús. El ascenso de un grupo de Queros a la cumbre nevada para buscar la Estrella de la Nieve (Qoyllur Rit'i) en el corazón de la montaña, está lleno de simbolismo. Ellos llevarán grandes bloques de hielo sobre sus espaldas a fin de recibir bendiciones y llevarla hasta sus comunidades para regar sus tierras con agua sagrada. En el camino, hay una procesión, algunos bailes, grupos musicales, actuaciones, fuegos artificiales y un mercado simbólico, Alasitas (obras en miniatura). Este festival reúne dos tradiciones - andina y católica. En esta fiesta está prohibido la embriaguez y contacto sexual, característica común de las fiestas andinas. Precede a la fiesta del Corpus Christi

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