Días sin escribir, días muertos, me siento entumecida, como si mis poros estuviesen cerrados, registro los eventos sin que lleguen a conmoverme o no dejo que lo hagan para preservar el sueño, la respiración, la sonrisa. Me digo que nada es tan fatal como parece, nada es tan absoluto como se muestra, ni las ilusiones, ni las alegrías, ni las amenazas, entonces...........estoy estreñida mas emocionalmente que literariamente.
Mis días son turbulentos, agotadores, cursos, reuniones, pasiones, amistades y aun así, no dejo que calen hasta la médula, me adapto a la estación limeña; gris como el otoño pero también sosegado en medio de todo, sin grandes aspavientos estivales ni arremetidas invernales, solo suave, tenue, dejando pasar sin inquietudes existenciales, como testigo de una vida ajena, como espectador de una obra distante.
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