lunes, 6 de septiembre de 2010

Sube y Baja

Derrotada, desolada. Así como ayer me sentía feliz hoy me siento hundida.Ver el abismo por donde andamos a ciegas por la vida, sin percatarnos de que todo puede cambiar en un segundo, me hizo sentir vértigo, vértigo de mi vida y mis perspectivas, de mis sueños y pesadillas, tan juntas una de otras, tan incondicionalmente unidas, como el día de la noche, tan espeluznantemente consiente de que todo puede cambiar en un segundo, un segundo donde se deciden el camino prometedor o el callejón sin salida.
Estos vaivenes de la vida, esta montaña rusa que es nuestro destino me hace sentir empequeñecida ante la realidad propia y ajena. Ver un niño durmiendo en un pasillo de un hospital publico, en plena época de helada, aletargado por alguna enfermedad que a nadie le interesa, sentir impotencia de no poder cambiar ni su realidad ni la mía, testigo y a la vez hermana en ese lugar donde la vida es algo que pasa y se va. Al que se va lo envuelven en plástico, un cartel determina su anonimato o no, pero ya no importa, es un bulto que debe ser trasladado para el siguiente que con mejor suerte quizás salga con los pies sobre la tierra y no en posición horizontal. Dios! que pase esta noche y salga mañana el sol, para poder compartir el cumpleaños de quien hace 11 años me dio una perspectiva mas prometedora, alguien que me hizo sentir que el universo es completo y único, alguien que con su sola sonrisa ilumina mi día y hoy es mi único consuelo: mi hija.

No hay comentarios:

Publicar un comentario