jueves, 12 de agosto de 2010

Duele

Duele que el amor se acabe, que lo hermoso no perdure, que los sueños no sean realidad, que no tengamos un ápice de divinidad para retener lo bueno en esta vida. Me duele crecer, madurar, enfrentar y afrontar para seguir adelante, sin aferrarme a lo que debería ser eterno y sin cambios, me duele darle la espalda a una felicidad que solo existe en los cuentos y seguir viviendo con nuevas perspectivas más reales y menos idílicas.
Si tan solo pudiésemos vivir soñando, soñar viviendo, sin despertar ni percatarnos del sabor salino de las lágrimas, si tan solo pudiésemos ignorar las insatisfacciones y aceptar lo que podríamos tener si fuésemos menos exigentes
Duele ser humano, anhelante eternamente, soñador intensamente. Duele despertar y sentir cada hueso, cada latido, cada respiro, duele no ser etéreo y no poder vivir de sueños.

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