Nunca pensé que dos roedores me pudiesen enternecer, pero es una realidad. Mis nietas Pili y Mili son absolutamente adorables. Atrás quedo la historia que en su primera semana Mili perdió una oreja y una pata, tuvo que ser Pili y casi las separamos por indicación de una veterinaria, felizmente otro veterinario menos sabio pero mas empático nos aconsejo no separarlas; si alguna vez Mili fue la entrada del menú de Pili fue por mala alimentación y es cierto, al principio les dábamos lechuga, zanahorias manzanas….. faltaba la proteína y Pili la busco en la oreja y pata de Mili, luego, cambio de dieta y nosotras también les dimos mas proteína y semillas que llenan mas. Mili dejo ser parte del menú de Pili y se ha transformado en una hámster activa y gorda, intrépida y audaz, que mas CV que haber sobrevivido a su hermana tragona?
Ahora son dos hamsters regordetas vivaces de noche y dormilonas de día. Su única función es despertar con sus ruidos a su madre que remolonea en las mañanas y no puede despertar para ir al colegio, pero Pili y Mili se suben intrépidas a la rueda y arman tal escándalo que su pobre madre empieza a gritar que las saque, despertando contra su voluntad.
Ambas nos llenan de alegría y ternura descubriendo su mundo roedor. Nos muerden a veces suavemente, otras sacando sangre por lo que sacarlas de su jaula o meterlas es siempre una aventura que puede ser sangrienta. Sus travesuras y locuras nos llenan de asombro y alegría, asi que ahora,…. No puedo ver indiferente a sus familiares roedores, una rata no es tan asquerosa como antes y hasta comenzamos a saludar a los primos ratones, un mundo subterráneo se abre a nuestro universo y le damos la bienvenida.
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