jueves, 22 de julio de 2010

Promesas de Flores

Hoy compre por primera vez flores aquí. El experimento con las flores en maceta no resulto, ellas no soportaron la falta de iluminación y ventilación de mi inmensa sala/ comedor/ cocina y escritorio, todo en pocos m2, me sacaron en cara mi enclaustramiento e hicieron sentir más agudamente la claustrofobia. No se dejaron engañar con la puerta abierta que deja entrar y salir el aire, tampoco con las corrientes de aire, en fin que vieron las cosas claras y me abandonaron marchitándose sin espejismos, pero estas flores a pocos metros de distancia, tan intensas en su color y frescura, visitaran por primera vez mi hogar, ese que me gusta a pesar de todo, donde ahora me siento en casa, ese que al compararlo hoy con el de mi etérea vecina me hizo sentir en un palacio porque aunque ambas tenemos casi idéntica distribución el suyo aun parece el de un pasante y el mío ya tiene personalidad, mi personalidad., que sorprendentemente no esta tan mal.
Estas flores frescas son el símbolo de que no todo está perdido, de que hay esperanza renovable siempre, veremos cuanto tiempo me acompañan, veremos cómo se adaptan a la altura, al frio, a la claustrofobia y al calor de mi hogar. Las traen de Lima a las pobrecitas y me pregunto cómo sobreviven y también me pregunto porque no hay flores en la región, sabiendo que hay campos maravillosos de anís no tan lejos, recordando los distintos jardines de mi niñez, donde teníamos no solo huertas sino realmente diversos jardines; unos con flores mas silvestres y otros con flores menos salvajes. Mi niñez que transcurrió a pocos km de esta ciudad está llena de recuerdos de olores y colores, de recuerdos de esperanzas y promesas que espero recuperar nuevamente en esta etapa de mi vida.

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