viernes, 22 de enero de 2010

las Estrellas por vecinas

Llego a AQP a media noche, miro inmediatamente el cielo pero las luces me impiden divisar las estrellas, luego, en el parqueo las encuentro y las reconozco, ahí están , las 3 Marias, saludándome en esta ciudad donde el Misti se esconde en la noche, sin permitirme saludarlo ya que mi camioneta parte a las 3.00 a.m. rumbo a Juliaca. El resfrío, la altura, el cansancio me impiden estar despierta en el camino, en algun momento logro divisar las estrellas………. A mi costado! Las tengo por vecinas, estamos tan arriba que algunas están casi al ras del firmamento, pero el cansancio me gana, apenas si logro sonreírles y decirles que nunca las vi de tan cerca, de tan cara a cara. El amanecer igual se me escapa de la conciencia, entre pestañadas registro que esta nublado y que no abra grandes colores, me consuelo, volviendo a dormir. Por fin llego a Juliaca, a la parte sin asfalto, me sorprendo yo misma de seguir en pie, no he podido tomar las pastillas para el soroche ni las del resfrío en tanto ajetreo y recién a las 2 horas de llegar, desayunando costillar con arroz me embuto la batería de capsulas recomendadas por la doctora, apremiante y con mirada de censura porque voy a viajar a pesar de sus advertencias y del descanso medico que de todas maneras me da, ni modo, el deber llama, el oído estalla, la garganta pellizca y la cabeza se siente de plomo pero con tanta adrenalina, al llegar a la sierra, con su clima seco solo tengo el malestar de la incertidumbre de mi futuro y nada mas.
Juliaca, ciudad de los vientos, su cielo azul esquivo juega a las escondidas, las nubes de rubens, algunas preñadas de liquido amenazan el diluvio que solo vino de noche, mientras dormía escuchando solo los ladridos de los perros en un derredor lejano, me levanto a la madrugada y me aventuro a tomar un jugo de quinua con manzana, antes que pueda reaccionar la amable polleruda ya le puso el chorrito de leche evaporada que yo no quería y al probarlo me deleito en la exquisitez, que delicia!!!!! Para enamorarse en Juliaca y empacharse cada mañana con sus mates, jugos de cereales y frutas. Todos me advierten que no es bonita esta ciudad, es cierto, no tiene atractivo para el turista pero es muy autentica, así , comercial y pujante como es, su gente es amable, su clima inclemente ya puso moradas mis chapas que normalmente son rojas. Recuerdo mi infancia serrana, con la piel cuarteada y las famosas chapas y me siento mas oriunda de esta parte del país, la gente me sonríe y yo sonrío también o será al revés? ¡Que importa!
Solo agradezco a esta ciudad de belleza escondida la bienvenida en esta nueva etapa de mi vida, no la olvidare.

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